lunes, 20 de febrero de 2012

RESTRICCIONES A LAS IMPORTACIONES: EL MITO DE MEDUSA


Gran parte de los medios de prensa reproducen la esperanza de la Cámara de Importadores (CIRA) respecto a que el 80% de los pedidos para importar hayan sido aprobados.

No deseamos ser reiterativos, pero volvemos a señalar que la cita a la es tan sólo referirse a una expresión de deseos de la CIRA y nunca una declaración afirmativa plena de certeza.

Sin embargo, pareciera ser que el destino de toda esperanza en la Argentina es la frustración cuando se trata de comparar el discurso con la realidad y más aún, cuando se trata de medidas gubernamentales.

Comprendemos a la CIRA y a otras entidades empresarias porque con el fin de no afectar a sus asociados se ven obligadas a maquillar la descripción de la realidad del mismo modo que los periodistas que la retransmiten.

No vamos a entrar en éstas líneas en debatir el espinoso  tema de la libertad de prensa en la Argentina ni desviarnos de nuestro foco para referirnos a la metodología gubernamental para disfrazar la realidad en la creencia de que todo el año es carnaval.

Lo cierto es, paradójicamente, que no es cierto que el sistema de DJAI funcione con la eficiencia que señala la CIRA. El tema es más complejo y tal como lo señalamos en otro post, el autoritarismo ya muestra su cara menos amable (ver http://henrykgrossman.blogspot.com/2012/01/autoritarismo-para-todos-licencias-no.html ).

Prueba de ello es la reunión del pasado viernes 17/02/2012 en la que el Secretario de Comercio Interior puso en claro que la visión prepotente es la verdadera cara de un gobierno que dice promover la inversión y el desarrollo industrial pero que tiene aradas en el puerto una gran cantidad de bienes de capital.

Tras esta realidad perversa se esconden de modo cómplice algunas otras Entidades Empresarias ( por ejemplo, ADIMRA, CADIEEL) que azuzan a los funcionarios a prohibir con el sólo objeto de hacer reserva de mercado, es decir, alambrar para cazar el el zoológico a otras empresas que, más dinámicas, se encuentran encerradas en las jaulas.

Estos apoyos son funcionales a la decisión del gobierno de incrementar al 14% los aranceles de los bienes de capital y eliminar de modo definitivo el programa de bienes de capital que favorecía a las PYME productoras.

Obviamente, como venimos señalando, ésta maniobra le dejara a las arcas gubernamentales una cifra aproximada a los $4700 millones, de allí que hasta que no este vigente no permitirán que las empresas argentinas que invierten se le escapen sin pagar.

Los energúmenos que desde el sector empresario aplauden ésta medida se conforman con la promesa de darles cabida en la gestión de un posible fideicomiso que otorgue financiamiento a las empresas.

Dice el poema español: "poderoso caballero es don dinero" y por esa razón brillan sus ojos y frotan sus manos quienes deberían denunciar con voz alta el significado perverso de ésta decisión gubernamental.

Nuevamente queda en claro que hay dos modelos de desarrollo industrial, ( ver http://www.henrykgrossman.blogspot.com/2012/02/desarrollo-industrial-uno-de-los-2.html ) y que atraídos por su tradición y el tintineo de las monedas algunos  prefieren la promesas de mieles a un verdadero y moderno desarrollo industrial.

El sistema de DJAI nada tiene que ver con la mejora de la eficiencia y eficacia aduanera como se argumentó, ni tampoco contribuye a la protección de la industria nacional, ni, mucho menos, habrá de resguardar el empleo.

El sistema tiene como objetivo único contribuir a incrementar "la acumulación originaria" con vistas a ser aplicada en el proceso electoral del 2013. En tanto allí se libra una batalla política estratégica para el gobierno éste no medirá consecuencias y, como Medusa, convertirá en piedra a quién ose mirar y cuestionar sus desaguisados. 

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