lunes, 6 de febrero de 2012

EL KARMA PERONISTA: LA PRODUCTIVIDAD

Para el Gobierno ha llegado el momento de enfrentarse al karma de la economía peronista: la productividad.

Ya en 1954 Perón señalaba: "ya no es posible que se beneficie un determinado sector de la actividad económica mediante el aumento de su participación en la distribución de la renta nacional en detrimento del resto" .

de ésta manera se ponía fin a la esencia del peronismo: el distribucionismo sin contrapartida en la producción.

Esta indiferencia hacia el desarrollo de las fuerzas productivas y el énfasis en las reivindicaciones obreras en una sociedad de una larga cultura rentista dio paso a una situación de indisciplina y de indiferencia hacia la organización de la producción por parte de los trabajadores que debía ser modificado.

Para agrandar la torta había que incrementar la productividad y atraer así nuevas inversiones, sean de los empresarios locales como extranjeros.

Con esos objetivos en la mira se organizó en 1954 el Congreso de la Productividad y el Bienestar Social impulsado tanto por la CGT como los empresarios de la CGE liderados por Gelbard.

En su inauguración (218/03/1955) Perón señaló: "... es inútil pensar en mejoramientos de ningún orden si no nos ponemos de acuerdo para crear abundantemente los medios de ese mejoramiento".

El resultado el Acuerdo Nacional de Productividad que debía operar como un Pacto Social.

La visualización del problema llegó tarde y el peronismo mostró la inviabilidad de imponer condiciones de productividad que atrajeran inversiones y permitieran "agrandar la torta"

En 1973 el peronismo intenta reponer el distribucionismo, pero está vez, de la mano de Gelbard, desarrolla un Pacto Social que fue suscripto nuevamente por la CGT y la CGE. Las condiciones: congelamiento de precios, un aumento salarial acotado para contener los conflictos y suspensión de las CCT por 2 años.

El inicio fue promisorio, se expandió el consumo pero como las inversiones no llegaban ni se realizaban, la inflación, el mercado negro, el desabatecimiento y el resurgir la indisciplina de los trabajadores fueron orando el acuerdo.

Aun con Perón en vida y más aún tras su muerte, el Pacto Social mostró su inoperancia y la imposibilidad de que la productividad avanzará para sostener las demandas sociales.

las inversiones no llegaron, el aparato productivo estaba exhausto y las posibilidades estaban centradas en la necesidad de incrementar la productividad.

Los dislates y la violencia política alimentaron los conflictos cuando en marzo de 1975, y de acuerdo al Pacto Social, Isabel Perón reabrió las negociaciones paritarias.

Los resultados de las negociaciones obligaron al Ejecutivo a no homologar los CCT que superaran las pautas previstas.

En el interín y ante las crecientes dificultades el Poder Ejecutivo resuelve llevar adelante un nuevo plan de estabilización y que popularmente se conoció como "rodrigazo"

Los acontecimiento desembocaron en un paro general el 7 y 8 de julio de 1975 declarado en forma forzosa por la CGT a instancias de las bases gremiales.

El resultado, se homologaron los CCT, renunció Lopez Rega y Rodrigo y comenzó a acelerarse el debilitamiento del gobierno constitucional y a crecer la conspiración de las FFAA y de los sectores más concentrados para dar un nuevo golpe de estado.

Nuevamente el peronismo mostraba su fracaso a la hora de tratar de obtener mejoras en la productividad y generar un ambiente pro inversor que nunca llegó a gestarse.

En los tiempos que corren, y aunque las condiciones políticas son otras y la democracia lejos está de correr los riesgos políticos que debieron afrontar las iniciativas pro productividad del pasado.

Sin embargo, vuelve a plantearse la debilidad.

Se incremento el consumo hasta niveles nunca vistos, pero las inversiones (públicas y privadas), pese a un mercado en expansión, no se realizaron con el rítmo deseado y los desequilibrios y déficit se acumularon.

la necesaria inclusión social alimentó la necesidad de ampliar el gasto público y se instaló, bajo ese argumento, un complejo sistema de subsidios que a este momento llegó a a un límite que hace imposible sostenerlo y obliga a 

Nuevamente el peronismo enfrenta el mismo problema: aparato productivo en limite de su capacidad instalada, consumo creciente, falta de inversiones, inflación, demandas salariales compensatorias de la inflación real y la necesidad de incrementar en éstas condiciones la productividad del trabajo.

Se amenaza con la no homologar las CCT, se desarrolla un conflicto político con la CGT a la que se trata de alinear con el Gobierno y se advierte sobre la necesidad de mantener la disciplina social para lo cual se desarrollan leyes que intentan contenerlas.

Pero nuevamente las inversiones no se realizan, el clima de negocios se enrarece por la acción desesperada del gobierno de sostener una balanza comercial que achica mes a mes los superavit y, simultáneamente, contener el nivel de reservas internacionales de modo tal de evitar la fuga de divisas por todos los medios posibles para lo cual aplica una metodología informal que aleja más aún a cualquier posible inversor.

Nuevamente la productividad. Nuevamente el distribucionismo enfrenta el riesgo del fracaso.

¿Esta tercera será la vencida?

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