miércoles, 1 de febrero de 2012

LA MALA PRENSA DE LA DEFENSA DE LA INDUSTRIA NACIONAL


Cuando uno se pregunta porque la defensa de la industria nacional desata tantos comentarios negativos, acusaciones diversas, es decir, lo que se llama prensa, debe, desde el sector empresario hacer una revisión autocrítica de sus comportamientos.

Para dar cuenta de los fundamentos de esa mala prensa, vale poner como ejemplo la actitud de ADIMRA.

Esta Cámara Empresaria que dice representar a los industriales metalúrgicos agrupa un conjunto de sub cámaras que lejos de apoyar una industria nacional moderna, diversificada, tecnológicamente a la vanguardia, con capacidad de innovar y abastecer seria, responsable y de modo sustentable al mercado nacional, utiliza el argumento de la "defensa de la industria nacional" para alambrar un coto de caza, que son el resto de la industria, y trabar de todos los modos posibles la integración de partes, piezas, insumos que ellos no fabrican ni fabricaran, con el argumento de uqe ellos podrían hacerlo aunque , como decimos ni lo hacen ni lo harán.

La incapacidad del Estado, la falta de un adecuado conocimiento de la situación por parte de los funcionarios, cierto deslumbramiento basado en un antiguo prestigio hoy decadente, hacen que aún se la tenga en cuenta y pueda ser un palo en la rueda del desarrollo industrial.

Su posición en materia de "defensa de la industria nacional" no es dinámica ni razonablemente abierta con fundamento en el interés nacional.

Es una actitud meramente corporativa, a la que habría que recordarle las palabras de la presidente de la Nación: " en la Argentina se acabaron las avivadas".

Y en la actualidad ADIMRA ejecuta puras avivadas. Podemos dar ejemplo de ello, pero no vale la pena. El espacio es pequeño.

Basta decir que luego de 8 años de todo tipo de facilidades para desarrollar fortalezas, lo que lograron, únicamente, fue fortalecer su espíritu corporativo casi medieval.

Son el ejemplo de lo que no hay que hacer en materia de desarrollo institucional y gremial empresario. Su capacidad de lobby y su importancia sectorial han escondido éstas "virtudes corporativas".

Quienes regulan las importaciones deben tomar nota de éstas prácticas y actuar con visión objetiva e independiente. Como "asesores" son meros defensores de intereses corporativos.

El desarrollo nacional no admite ya estas conductas que deben ser sancionadas.

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