Sistema financiero mundial: No hubo ni errores ni excesos.
Dice Gianni Riotta en La Stampa: "Scandalo Barclays conferma che la crisi finanziaria impone un nuovo stile e una diversa attenzione etica alla condotta personale e aziendale".
No sólo se requiere una nueva "ética personal" ni acciones de responsabilidad social empresaria (RSE) que hagan creer que se desarrolla una "nueva ética empresaria" sino que el tamaño de la crisis que han generado y que golpea muy duramente trabajo y a la producción debe ser sancionada de modo ejemplar por los Estados, obligándola a quebrar y a reestructurarse de manera profunda y novedosa.
Eso implica que, dado el rol que tiene el dinero en el proceso de producción capitalista (no olvidemos que el dinero es representativo de las relaciones sociales de producción), la manipulación de éste debe estar en manos del Estado. Es decir, la "banca" debe ser nacionalizada para responder de modo exacto y necesario a la lógica de la producción.
La "autonomización" del dinero, si bien responde a la lógica del desarrollo capitalista, no sólo debe ser regulada de modo muy específico, sino que debe estar en manos de quienes representan los proyectos del conjunto de la sociedad.
Simultáneamente, dada la irresponsabilidad y complicidad de los gobiernos (Bancos Centrales y organismos de regulación) con el desarrollo del sistema de "derivados" que llevo casi hasta el infinito la "creación" de "dinero" (o valores pseudo representativos de éste), el sistema completo de gestión del dinero debe estar en manos de los representantes del pueblo (diputados) al igual que los Bancos Centrales.
La autonomía de éstos no sólo genero una "troika" que pretende constituirse como una nueva "clase social" -lo que no resulta de ningún modo posible- sino que dio paso a una suerte de "aristocracia de cuello blanco" que condiciona la vida misma de la humanidad. Esos irresponsables deben ser castigados porque han cometido delitos graves contra el conjunto de la sociedad (Islandia es el ejemplo, del que poco se habla). No olvidemos que la "estafa con la Libor" fue consentida, también, por éstos "banqueros".
En consecuencia, y aunque parezca un discurso funcional a mentes ultra conservadoras como la alemana Merkel, no debe rescatarse ya ningún banco y de ninguna forma se debe admitir que ejecuten sus garantías contra los trabajadores.
Quienes especularon, y en mayor o menor medida contribuyeron con todo los dislates cometidos dejándose llevar por "los cantos de sirena" deben, como lo advierte desde hace miles de años la mitología griega, chocar contra los riscos y entregarse al canto mortal de las sirenas.
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