lunes, 16 de abril de 2012

DIOS PROVEERÁ


Las decisiones políticas de gran alcance estratégico no responden para nada a la lógica económica y a toda otra lógica de base kantiana, la subordinan y posponen.

Del mismo modo que la "lógica política-militante" que signa las restricciones a las importaciones de todo tipo de bienes tampoco tiene en cuenta la lógica del desarrollo capitalista que, al menos de modo enunciativo, se pretende.

En algo coinciden. Ambas, más allá de los estilos, deben atravesar el corto plazo, porque, y ahora sí es más válida que nunca, la afirmación keynesiana de que en el largo plazo podemos estar todos muertos cobra sentido.

No basta con anunciar lo que el otro no hizo sea porque quiso o porque lo dejaron, es necesario, en vista del tamaño del problema que funda la decisión, tener asegurados los recursos para afrontar las inversiones indispensables y la continuidad de la empresa. 


Fundarse para ello en los recursos del Fondo de Garantía Solidaria o las reservas Internacionales depositadas en el Banco Central no alcanza.

Obviamente, en tanto existe capital excedente en el mundo que, como ya señalamos en otros post, corre el riesgo de ser sometido a destrucción, aparecerán ofreciendo todo tipo de recursos contra garantías de los resultados de la explotación petrolífera. 


Momento crucial. Los Bulgheroni aliados a los chinos, capitales de las más variadas nacionalidades ya están atentos y dispuestos. 


Pero la matriz de negocios que se plantea implica dar en concesión los recursos a cambio de una parte del producido, para lo cual será necesario otorgar exenciones impositivas y facilidades fiscales.


Veremos la dirección estratégica que resoluciones toma, no obstante los resultados son de mediano y largo plazo. Lo cotidiano fue ignorado y nada se ha dicho de que modo se la ha de afrontar. por ahora, un sólo gesto muy festejado: los echamos casi a las patadas

De igual tenor son las restricciones impuestas por la lógica político-militante que ejecuta Guillermo Moreno respecto a las importaciones e insumos, materias primas, partes y piezas que requiere la industria.

Acordamos con el desarrollo de una estrategia de sustitución de importaciones, pero, nuevamente, eso se ejecuta con una mirada de mediano y largo plazo, ejecutando día tras día medidas que atiendan y respondan a lo cotidiano de las necesidades de la producción en el marco de esa decisión adoptada.

También requiere recursos y adecuado financiamiento, pero para ésto no existen ofertas ni las habrá.

La continuidad productiva de las Empresas está en riesgo ante la inquebrantable lógica político-militante y las consecuencias de ésta no son motivo de alarma alguna para el fiel ejecutor.

Mientras tanto las crecientes importaciones de energía comprometen primero el balance comercial y consecuentemente restan recursos para equilibrar el balance de pagos.

También, día tras día, la actividad económica se resiente y muestra signos de agotamiento, caen las ventas, aparecen signos de insolvencia, los reclamos sindicales y las demandas sociales están contenidas pero no resueltas.

El corto plazo, el día siguiente a las decisiones que se toman parecen tener un denominador común: Dios proveerá.

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