sábado, 10 de noviembre de 2012

ALGO TENEMOS: UNA TRAGEDIA EN CIERNES

Definitivamente la Argentina se halla ante un dilema de singular importancia: cumplir con la ley, negociar con los holdouts de la mejor forma posible (siempre dentro de la razonabilidad que implica una negociación, sin los desplantes a que nos tiene acostumbrados la lógica gubernamental) y superar esta crisis de deuda que nos enfrenta ya no sólo con os Tribunales americanos sino con los funcionarios del Puerto de Tema en Ghana ( lo que resulta a todas luces inimaginable aún para las mentes más febriles).

Solo pensar que un grupo de marinos apuntaron sus armas contra funcionarios portuarios y que éstos evitaron una catástrofe solo por defender el posicionamiento de una Fragata que a este paso difícilmente recuperaremos y que ni siquiera ha logrado la solidaridad de la UNASUR, la OEA o de los organismos multilaterales de Sudamérica.

El principismo con que se enfrento ésta situación es similar al principismo con el que se pretende enfrentar a toda la justicia norteamericana.

Cuando estos hechos se desencadenan con una única respuesta similar a un "corte de manga" para no caer en respuestas más escatológicas, es que el criterio central y director de la política adoptada es la soberbia y porque no decirlo, una "concepción de soberanía" que encubre y fetichiza la falta de tino, la perdida de la conciencia crítica y el aferrarse a una suerte de tozuda cruzada que al menos muchso argentinos rechazan, reclamando el retorno a la razonabilidad, el diálogo y una convivencia democrática que ya parece definitivamente perdida por la intemperancia oficial que en una clara muestra de su soberbia reniega referirse a los acontecimientos del día anterior para mencionar como importante los acontecimientos políticos chinos.

Pero la lejanía, o mejor dicho el abandono que el mundo ha hecho de nuesttra suerte queda tal vez puesto en evidencia cuando se lee que el Presidente de EEUU recién reelecto ha respondido los saludos de los primeros mandatarios de Colombia y Brasil. La Argentina, bien gracias, porque en el sumun de lo que podríamos llamar desvarío, la Presidente Argentina aprovecho el saludo para denostar a la prensa norteamericana.

Lo peor de todos éstos errores es que la rodea una corte de amanuenses, alcahuetes y lamebotas que aplauden y sonríen con cierto aire de triunfo incapaces de señalar la gravedad de los traspies que se cometen.

Apoyada por un grupo de muchachones desconocedores de la realidad pero astutos asaltantes de cuanto cargo bien pago aparezca en el horizonte, la Presidenta pretende producir el "gran golpe".

Lectores sagaces de como se cuentan los votos, muchos intendentes del GBA deben estar a estas horas pensando seriamente donde se encuentra el límite del acompañamiento. 

Cuando decimos "limite" nos referimos hasta que momento habrán de esperar para recibir los aportes comprometidos por un ya decadente De Vido.

Tampoco es menos importante la lectura que hagan éstos "mini gobernadores" (como los suele llamar Asis) de como fue la jornada de #8N, impacto que habrá notado de modo sustantivo en los cascos urbanos, pero que se alimentaron de una crisis eléctrica que aún subsiste en barrios periféricos.

Es que en ésos barrios periféricos, la cuestión se juega de otra manera.

Punteros, droga de todo tipo, juego clandestino, prostitución, robos y secuestros "programados", la llamada "sensación de inseguridad" donde el Poder Ejecutivo Nacional perdió el control de la calle que pretendió ejercer con la aparición en las villas y barrios marginales de la Gendarmería y/o Prefectura. Garre es un pobrisima "oficial de inteligencia" y Berni un Rico pero con menos agallas y capacidad. Perdieron a manos de la Bonaerense y casal sigue allí atornillado.

El coctel se ha puesto peligroso: alzarce contra la justicia norteaméricana, no encontrar un lugar seguro donde el 3 de diciembre pagarle a los bonistas que si entraron en el canje, liberar a la Fragata Libertad del embargo caido sobre ella y esperar que la fragata Espora no corra la misma suerte.

En paralelo para seguir "meloneando intendentes del GBA y gobernadores, permitiéndoles endeudarse sin límite en el Banco Central ( en una suerte de deja vu), en un claro mensaje de que no será el Gobierno Nacional quien pague los descalabros financieros de cada quién sino serán sus propios contribuyentes.

Tal vez, si Shakespeare viviera, escribiría nuevamente Macbeth o algunas de sus admirables tragedias sobre el poder.

Pero acá estamos, solos, aislados incluso de nuestros "hermanos latinoamericanos", con la obligación de enfrentar nuestra propia tragedia.


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